FANFICS SASUSAKU: Capítulo 01| 𝑆𝑎𝑛𝑔𝑟𝑒 𝑎𝑑𝑖𝑐𝑡𝑖𝑣𝑎

Capítulo 01| 𝑆𝑎𝑛𝑔𝑟𝑒 𝑎𝑑𝑖𝑐𝑡𝑖𝑣𝑎

♫Música para inspirarte en la lectura♫

Capítulo 01

𝑆𝑎𝑛𝑔𝑟𝑒 𝑎𝑑𝑖𝑐𝑡𝑖𝑣𝑎

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𝕰𝖑 𝖈𝖔𝖓𝖉𝖊 𝖀𝖈𝖍𝖎𝖍𝖆

Isla de Miyajima, año 2079.

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El mismo sueño de cada noche, el mismo instante donde no pude decirle adiós.

El lugar donde puedo contemplarla, donde es eterna y donde se reviven viejos recuerdos del pasado y también donde mi tristeza llega para quedarse.

Pagina tras pagina los detalles de mi vida van surgiendo, como una película que se repite sin descanso.

La veo, la sigo, ella quiere decirme algo, pero nunca pronuncia una palabra, solo mueve su boca sin emitir ningún sonido, dejándome una extraña sensación de ansiedad y miedo. Ese miedo de abrir los ojos y no encontrarla cuando despierte.

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—¿Por qué? ¿Por qué me atormentas así? —Piensa, seca sus lagrimas y talla sus ojos con ambas manos.

Años atrás, Ciudad de Matsumoto.

—Mebuki, tienes que entrar en razón, no puedes seguir postergando esto. —Se quita los lentes y los guarda en su bolsillo.

—Me niego, lo que dices suena absurdo, no hay nada malo en Sakura. —Le contesta Mebuki, sin dejar de sostener a la pequeña entre sus brazos.

—La sangre de tu hija no es normal, he estado analizando por un tiempo su composición y efectivamente hay cosas anormales que solo el tipo sanguíneo de ella posee, tanto así que me atrevo a decir que es único en el mundo. —Le contesta sin apartar la mirada de su microscopio.

—Estás diciendo cosas sin sentido ¿Cómo es posible que mi hija tenga una sangre no identificada o rara como tú dices?, estar tanto tiempo encerrada en tu laboratorio te está afectado. —Responde molesta.

—Ven y obsérvalo por ti misma, está claramente en sus glóbulos rojos. —La llama con mucha seriedad, Mebuki acede y camina hacia ella, entregándole a Sakura en el proceso para poder observar por ella misma lo que estaba pasando.

—¡No puede ser! —Exclama asustada y dando un par de pasos para atrás.

—Estoy hablando de algo jamás visto por los ojos humanos, esto tiene que ser obra de esas malditas criaturas que tanto nos contaba Kizashi. —Contesta Tsunade, sintiendo impotencia al cruzar miradas con Mebuki.

—Aunque así lo fuera, ella es mi hija y no la pienso entregar, esto se quedara entre las dos, ¡¿Lo entendiste?! —Cubierta en llanto siente que su mundo se derrumba.

—Puedes estar tranquila, siempre te apoyare y mantendré a salvo a la pequeña Sakura, después de todo soy su madrina y la quiero mucho. —No tarda ni un minuto en responder.

Actualidad.

Isla de Miyajima, año 2079

🦇Sakura🦇

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Mi nombre no es lo importante, solo soy una chica común que ha cursado 2 años de preparatoria.

Mis problemas del ayer no tenían nada fuera de lo normal, tareas infinitas, regaños por llegadas tardes y el desamor por un amor no correspondido. Malestares cotidianos de una simple adolescente.

Todo marchaba bien o al menos era lo que pensaba.

Al cumplir 15 años, mi vida dio un giro de 360° grados, convirtiendo mi mundo en mierda en un abrir y cerrar de ojos. Me llene de conflictos con mis compañeros, conflictos con mis maestros, incluso conflictos conmigo misma.

La chica de altas notas, la chica rodeada de personas, la chica de sueños firmes dejo de existir y fue remplazada por una joven solitaria, apagada e invisible.

¿Cuál es la razón de mi cambio?, es fácil, todo dejo de tener sentido cuando la existencia de mi madre se esfumo al dejar de respirar, y solo quedo una pregunta que nadie me puede contestar.

¿Por qué a mi?

Mi santo solo representa un recordatorio para no olvidar, un dia que abre heridas que solo intentan cicatrizar.

Si las cosas no hubieran cambiado tanto, esta dia estuviera festejando mis 18 años como cualquier otra joven. Con confeti, unas velitas y mucha compañía deseándome lo mejor. Mas sin embargo eso para mi dejo de importar. No tengo motivos para festejar, para pasarla bien sin sentirme culpable. Es como sentir que el corazón se te encoje y ya no vuelve a su estado normal.

Se que al levantarme de esta cama mi madrina estará esperando abajo con un pastel, con un postre o una cena para celebrar juntas, como lo hace cada año.

Su nombre es Tsunade y es la mujer que se quedo a cargo de mi cuidado. Es una persona de carácter fuerte, cariñosa y sobreprotectora.

Ella es como una segunda madre para mí y a pesar de ser algo estricta, sé que siempre puedo contar con ella en los momentos difíciles. Gracias a sus cuidados logre sobreponerme aun cuando sentía que no podía hacerlo.

Rodé en mi cama, me tape con las cobijas y me le quede viendo al reloj, esperando que el tiempo avanzara mas rápido.

Soy un caso especial o uno muy desafortunado, no todas la chicas de Miyajima son huérfanas de madre y padre, soy yo la que se llevo ese papel.

Mi papa Kizashi Haruno falleció cuando todavía era una pequeña niña, a decir verdad no lo recuerdo muy bien y desconozco como fue su deceso. Vagos recuerdos vienen a mi mente de vez en cuando, y lo único que tengo muy en claro es que me dejo un presente, uno que suelo llevarlo conmigo a todos lados. Un medallón en forma de rosa roja, mi preciado amuleto.

El presente siempre lo cuelgo alrededor de mi cuello y es lo único que me queda de él y que me dice que existió en mi vida.

A pesar de contar con ese vacío, con esas ganas de haberlo querido conocer, lo termine aceptado y todo gracias a mi madre, a la mujer que siempre lucho para que creciera como cualquier niña normal, rodeada de amor, de besos y abrazos. Por eso cuando ella tuvo el accidente vehicular mis sueños se desboronaron. Desde instante sentí el abandono.

En medio de mi dolor me quede sola, con las sombras de mis miedos y de mis inseguridades. Lo cambie por completo, mi forma de pensar y mi forma de comunicarme.

Mi autoestima cayo al suelo y mis sentimientos se cerraron, al igual que mis emociones.

Ya no reía, ya no hablaba.

Deje de salir, todo el tiempo tenia sueño y el apetito a menudo se me iba.

Sé que mi madrina ha estado conmigo en todo momento, pero todavía no he podido curar mis heridas y es por eso que le he perdido interés a la vida.

Tenía solo 15 años cuando pase por ese dolor, tenía ilusiones como cualquier compañera de mi edad, quería superarme, estudiando medicina, deseaba verme como una mujer admirable y fuerte, muchos sueños que ahora me parecen absurdos y sin interés. Porque todo lo cambio aquel trágico día, que me arrebato todo y me quito estas ganas de seguir existiendo.

Mis calificaciones bajaron, perdí amistades, dejé de sonreír genuinamente y me fui refugiando en mis pensamientos vacíos y solitarios.

La ultima alarma comenzó a sonar y me saco de mi estado pensativo, me senté y me puse el par de pantuflas de conejo que tenia sobre el piso. Respire hondamente mientras mis ojos observaban mi ventana, me levante y comencé a buscar mi uniforme en mi armario. Al tomarlo del gancho sacudí los olanes de mi falda, para quitar unas diminutas arrugas que tenia encima.

Sin muchas ganas de asistir me di la vuelta, di pasos y lo deje sobre mi cama.

Me fui desvistiendo al mismo tiempo que quería darle un sentido, si ni siquiera tenia el valor de levantar la vista. Me sentía inferior al mundo, paralela y asilada por mis propias decisiones.

Nadie se detiene en mi presencia, nadie voltea a verme, la vida sigue y es como si no existiera.

Me convertí en el fantasma del salón.

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—¿Puedo entrar?. —Tsunade toca la puerta un par de veces.

—Adelante. —Dice mientras termina de abrocharse el ultimo botón de su saco.

—Sakura, venia a avisarte que ya es muy tarde. —No quita la mano del picaporte.

—Enseguida bajo, solo voy a terminar de acomodar mi cabello. —Contesta tratando de fingir una sonrisa.

—Hay algo especial esperándote, por favor no demores. —Responde con mucho entusiasmo, en un intento de animarla.

—No tardare. —Toma el cepillo de su peinador y la observa retirarse desde el reflejo del espejo.

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Pase el cepillo por todo mi cabello, desde la raíz hasta llegar a mis mechones fucsia. Cuando termine lo deje en su lugar y me apresure para ponerme los zapatos al darme cuenta de la hora.

¡Maldición!

No de nuevo, estoy por perder otra clase.

Recogí algunos cuadernos que me faltaban y los eche en mi bolso. Casi baje corriendo las escaleras y cuando estaba por llegar al ultimo escalón un delicioso aroma hace que me detenga en seco, al recordar la misma esencia dulce, que provenía de los pasteles de chocolate que solía hacer mi madre.

El aroma me dejo estática, tantos recuerdos cruzaron por mi mente que estuve a punto de soltarme a llorar, pero frenando cualquier intento al ver que mi madrina estaba por aproximarse, con una sonrisa grande y radiante.

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—Querida... te parare tu postre favorito, encontré la receta que solía usar Mebuki. —Coloca la nota sobre la mesa junto con la rebanada que aun continuaba caliente.

—Gracias, huele delicioso. —Suspira hondo y trata de poner su mejor cara.

—Ven, siéntate conmigo para que lo pruebes antes de irte. —Deja el plato sobre la mesa.

—Lo siento madrina ya es tarde, y la preparatoria nocturna me queda muy lejos. —Junta ambas manos, esperando que la perdonara.

—Está bien, pero quiero que te lo lleves y lo comas en el camino, te advierto que no aceptare un no por respuesta. —Lo envuelve en una servilleta y se lo entrega en sus manos.

—Bueno, me voy madrina, nos vemos al amanecer. —Le dice después de darle un beso en la mejilla y salir corriendo de la casa.

—Mi madrina ha cambiado mucho desde que mamá murió, ella es más paciente conmigo y no es la misma mujer fuerte y ruda que me entreno desde niña. —Piensa y sigue por su camino.

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De pequeña nunca entendí porque tanto esfuerzo y empeño tenía mi madrina por entrenarme y volverme fuerte, no comprendía esa necesidad por ser tan severa.

Esas tardes bajo el sol, bajo la lluvia, con entrenamientos sin descanso y sin un tipo de piedad formaron mi carácter y me volvieron una especie de maquina de combate.

Contaba con fuerza y conocimientos que veía innecesarios, volviendo complicados mis años de infancia. Otras niñas jugaban con muñecas y yo con mis guates de box.

Admito que al principio odiaba sentirme diferente, pero ahora comprendo mejor las cosas, después de todo la vida en este lugar cambio, hasta volverse difícil y complicada para todas.

La isla Miyajima, el hogar que antes solía ser pacifico y seguro, ahora se ha vuelto peligroso. Numerosas desapariciones han salido a la luz en los medios de comunicación. Secuestros, asesinatos y la mayoría de todos ellos son en contra del sexo femenino.

Esa es una de las razones por la cual siempre estaré eternamente agradecida con mi madrina, por todo ese entrenamiento tan duro, que me dejo como defensa personal.

Se que si algún día no corro con mucha suerte, al menos tengo la ventaja de poder defenderme ante un ataque.

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Flashback

—¡Ahhhhhh! —Suelta un grito de dolor, al sentir el suelo rosar su piel de manera violenta.

—¡¡Vamos Sakura!! ¡¡Levántate!! ¡¡Te volveré a patear con más fuerza si no lo haces!!, tienes que mejorar tus reflejos y agilidad.

—Madrina, ¡¡¿Por qué haces esto?!!, me duele mucho, no puedo seguir. —Grita enojada y entre lágrimas.

—Tienes que aprender a defenderte, así que prepárate y esquiva mis ataques, porque esta vez serán en serio. —Exclama fuertemente, para después sacarle el aire de un puñetazo en el estómago y verla caer para atras.

Fin del Flashback

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Esos años fueron los más duros de mi vida, pero por lo menos aprendí a no ser presa fácil para cualquier criminal.

Seguí mi camino sin detenerme, estaba con el corazón casi saliendo por mi garganta, por tratar de llegar a la preparatoria lo mas rápido posible. No me pensaba detenerme, ese era mi plan, pero así de la nada mis ojos fueron capturados por culpa de los nuevos carteles de búsqueda clavados en cada uno de los postes, decidí parar y darme un tiempo para leerlos, en caso de reconocer algún rostro.

Cada vez que lo hacía sentía un poco de ansiedad, recordaba el rostro de mis antiguas amistades, las cuales siempre me solía juntar y que por cosas de mi depresión les deje en el olvido, hasta volverlas ausentes en mi vida, también cruzo por mi mente la cara de mi mejor amiga Tenten, la única que no me abandono incluso cuando yo se lo pedí.

Cerré mis pupilas y respire aliviada, sabía que no estaba bien alegrarme por no encontrar un rostro conocido, pero no podía controlar, estaba feliz que esta vez esas hojas no anunciaran una cara conocida.

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—Con este suman 15 desaparecidas en una semana, es terrible que esté pasando esto. —Piensa mientras continuaba observando los demás postes repletos de anuncios.

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Aunque parezca aberrante, esto es normal en la isla de Miyajima, desde hace años las mujeres y niñas desaparecen sin explicación y sin dejar rastros que ayuden a encerrar a los delincuentes. La policía nunca hace nada, porque no pueden resuelven los casos y los carteles solo se quedan pegados por un par de días o semanas y por alguna extraña razón dejan de ser impresos o son removidos, como si todo estuviera resuelto.

La verdad no estoy segura de lo que sucede en este lugar, todo es muy extraño, es como si la misma autoridad estuviera coludida con los criminales.

Desde que empezaron los secuestros le suplique a mi madre que mandara una carta al gobierno, con el único fin de pedir un permiso para abandonar la isla. Ella lo hizo, pero nunca obtuvimos respuesta, así que me acostumbre a vivir en este lugar olvidado por todos.

Dejando de lado mis pensamientos continué por mi camino, apresuré mis pasos, de nuevo se me estaba haciendo tarde. Seguí mi trayectoria, di un par de pasos mas hasta frenarme por algo en especifico. Mis ojos se concentraron en una familia que estaba por cruzar la calle. Una madre que acompañaba a su hija, una pequeña que muy apenas alcanzaba los 15 años de edad. Ambas se les veía discutir, pero sobre todo la adolescente que no paraba de alzarle la voz y hacer sus rabietas.

Quedarme allí y contemplarlo todo removieron tristes recuerdos de mi infancia.

¡Puedes dejarme en paz!

¡¡Te odio!!

A veces quisiera que no fueras mi madre.

Cada vez que sacaba aire expulsaba insultos y arrebatos que no sentía, pero que marcaban la tristeza en el rostro de su madre. Y aun con esos intentos por alejarla, no dejaba de seguirla, de preocuparse por ella.

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—Hija, ¡¡Espera!! Sabes que no puedes salir por las noches, es muy peligroso.

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Sentí que mi pecho se oprimió y la ansiedad comenzó a consumirme con el pasar de los segundos.

Mis lagrimas salieron por inercia, mis manos temblaron repletas de pánico. Volví a sentir de nuevo aquel vació y remordimiento por haberle dicho esas mismas palabras tan crueles a mi madre, sin saber que esa sería la última vez que la vería con vida.

Me faltaba el aire al mismo tiempo que mi que mente quedo en blanco. Mis piernas cobraron y con ideas suicidas en mi cabeza me salí del camino, corrí muy deprisa, con todas mis fuerzas, hasta que mis pisadas me llevaron hasta el quinto piso de un edificio abandonado. Un lugar lleno de grafitis y donde solo los drogadictos visitaban.

Frené el paso y abrir la puerta que me llevaría a la azotea. Me sentí desprotegida ante el poder de la noche y el silencio. Di pasos y me fui acercando cada vez mas a la orilla. Con mi mano temblorosa me tomé del barandal y mis cabellos comenzaron a elevarse con el viento.

Las ráfagas eran fuertes que erizaban mi piel, movían y levantaban mi falda. Al bajar la mirada observe el suelo cubierto de pasto seco. Al ver detenidamente y sentir la altura comencé a tener algo de cobardía y pensamientos de arrepentimiento.

¿Voy a saltar?, lo cuestione al no estar convencida.

La cumbre seguro haría un buen trabajo, no duraría ni unos minutos antes de desangrarme, me rompería todos los huesos o en el peor de los casos moriría al instante, por el impacto en mi cabeza.

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—¿Lo haré? ¿Si lo hago finalmente voy a estar tranquila? ¿Te veré de nuevo? —Susurra y sigue observando desde lo alto del edificio.

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Muchas cosas cruzaron por mi mente, en un intento de ponerlo todo en una balanza, todo lo bueno y lo malo que me había regalado la vida.

De pronto y sin esperarlo el sonido de unos pasos me dejaron paralizada, al percatarme que no me encontraba sola.

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—¿Sakura? ¿Eres tú? —Habla confundido.

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Gire mi rostro envuelta en pánico, al reconocer a la perfección ese tono de voz tan peculiar.

Lo primero que vi fueron esos ojos azules mirándome con mucha impresión, se trataba de nada menos que Naruto.

En completo shock me quede sin habla, por verlo frente a mi después de tantos años. Apreté mas el barandal, intente retroceder y en un movimiento torpe mi pie se resbala y me cuerpo se dejo caer sobre la barandilla frágil y oxidada. El choque aflojo los pocos tornillos que tenia, provocando que la estructura se viniera para atrás y yo con ella. La mitad de mi cuerpo queda tendido en el aire mientras hacia esfuerzos enormes por sostenerme.

¡Este es mi fin! Fue lo que pensé, al entender que si me soltaba de aquel barandal encontraría la muerte.

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—Ahhhh—Lanza un grito que ya no puede contener, al sentir contrición y terror de morir.

—¡¡Resiste Sakura!! —Exclama al salir del trance, apresurando sus pisadas en forma frenética.

—¡Maldición!, ¡¡voy a morir de esta forma tan estúpida!! Viendo de nuevo a Naruto y que el piense que soy una suicida. —Se dice a si misma antes de sentir sus lágrimas brotar de sus ojos.

Sus manos estaban cansadas de sujetar su peso, que por mas que quería aferrarse, su cuerpo estaba cediendo ante la gravedad.

—No puedo más, mis manos se están resbalando. —Piensa antes de soltar un gran grito, al soltarse de aquel barandal.

—Te tengo. —La sujeta, entrelazando ambas manos.

Sakura miro el vacío y vio como uno de sus zapatos termina por caer y aterrizar en uno de los arbustos de abajo.

—Voy a subirte, no te preocupes. —Le dice antes de formar una sonrisa.

—Naruto... —Pronuncio con el levantar de mirada que se clavo en ese par de ojos azules.

Anonadada se le quedo viendo, al percatarse que ayuda a subir todo su cuerpo con mucha facilidad.

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Estaba impactada, tanto que me deje caer, hasta sentarme con mis piernas en forma de w. Todo mi cuerpo temblaba y no podía hacerlo parar. Enseguida Naruto me acompaño y se pone de cuclillas sin decirme absolutamente nada.

Mis lagrimas se desbordaron, salieron con tanto sentimiento que comencé a hacer ruidos de llanto con mi boca.

Me daba vergüenza, quería esconderme y salir corriendo mientras trataba de limpiarlas inútilmente, pues segundos después solo eran remplazadas por otras.

Por un impulso y por las ganas de ocultar mi cara, me abalanzo y termino por abrazarlo, para llorar como una niña pequeña que intentaba esconder su vergüenza y su dolor.

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—Tenía tanto miedo, no sé en qué estaba pensando, gracias por ayudarme. —Baja la mirada y se aparta, al darse cuenta lo que había hecho.

Sakura no podía sentirse mas miserable, mira que abrazar al mismo chico que le gustaba y el mismo que la rechazo.

—Ya estas a salvo, pero por favor ten mucho cuidado la próxima vez, es muy peligroso que subas a partes tan altas y sobre todo que camines tu sola por esta clase de lugares . —Preocupado coloca ambas manos sobre los hombros de la chica.

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Al ver su rostro más de cerca, al escuchar esas palabras y esa voz que tanto extrañaba, mi corazón comienza a latir por él, cómo lo hacía antes y fue como me di cuenta que aquel amor que había enterrado de mi infancia estaba volviendo, pero esta vez con mayor fuerza.

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—Lo siento Naruto, pero... ¿Por qué me ayudaste?, pensé que no te agradaba. —Enseguida siente arrepentimiento y sus mejillas comienzan a enrojecerse al decirle esas palabras sin pensar. —¡¡Olvídalo!!, fue una tontearía, seguro ni te acuerdas , después de todo han pasado muchos años y es lo más lógico. —Cierra los ojos y suelta un suspiro lastimero, al sentirse patética.

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Al abrir los parpados y sin esperarlo la calidez de su palma toca mi mejilla, en una caricia cálida y delicada, pero con algo más que me dejo confundida, al ver una expresión diferente a lo que recordaba de él, un rostro triste.

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—Es verdad, perdóname, fui muy grosero contigo y ni siquiera me despedí de ti.

Flashback

—¿Para quién son esos chocolates?, ¿Por qué los ocultas detrás de ti? —Tenten pone una sonrisa ladina.

—Shhhhh, guarda silencio o los demás van a escucharte. —Su rostro se torna muy rojo, para después percatarse con alivio que nadie estaba en el salón.

—Si no me lo cuentas voy a gritarlo.

—¡¡Alto!!, está bien, pero... ¿prometes guardar el secreto? —Susurra.

—Claro, por eso somos amigas, sabes que no me gusta que me ocultes cosas así de importantes, así que suelta el chisme. —Responde, la toma de la mano y se la lleva a un rincon.

—Son para... —Hace una pausa debido a los nervios y traga saliva con el apretar de sus puños. —Na- naruto. — Habla en voz baja.

—¡¡Lo sabía!!, por eso te pones como tonta cuando se encuentra cerca de ti.

—¡¡Kya!!!, no lo digas en voz alta, alguien va escucharte. —Grita y tapa su rostro avergonzado.

—Está bien, tendré más cuidado, pero dime... ¿Cuál es tu plan?

—Pienso decirle mis sentimientos y darle estos chocolates. —Responde sin evitar agachar la mirada por la vergüenza.

—Te deseo suerte amiga y por favor me cuentas todo cuando regreses. —Contesta con una enorme sonrisa que la contagia.

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Salí del salón decidida a buscarlo, al no localizarlo le pregunte a uno de sus amigos, el rápidamente me indico donde se encontraba, con prisa camine al gimnasio, el salón de deportes donde Naruto acostumbraba jugar basquetbol.

Armándome de valor camine a esa dirección y cuando estaba a punto de llegar, sin querer me tropecé cayendo sobre unos escalones, al levantarme me di cuenta que raspe mi rodilla y un poco adolorida decidí seguir caminado a pesar de cojear un poco.

Al abrir la puerta me di cuenta que él se encontraba jugando en completa soledad, un gran punto a mi favor para no morir en el acto.

Al verlo a detalle vi como iba acertando en la canasta en todos los tiros que aventaba con el balón, el me daba la espalda, así que aproveché para mirarlo un poco más, sintiendo mi corazón acelerarse a medida que soltaba un paso mas.

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—Es impresionante que puedas encestar el balón de esa forma a pesar de tu distancia. —Le dice sin dejar de sentirse nerviosa.

—¡¡Sakura-chan!! no te esperaba. —Contesta sonriendo y cruza miradas con ella.

—Quería obsequiarte algo. —Sus mejillas se ruborizan y su corazón palpita sin control.

—¿Algo para mí? —Responde con una sonrisa amable.

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Seguí mi marcha, dando pasos firmes, tenía toda la intención de declararle mis sentimientos, pero algo inesperado capto mi atención, frenándome en seco.

Al quedar a unos cuantos metros de distancia; el rostro de Naruto se volvió pálido y su sonrisa desapareció en forma brusca.

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—¡¡Detente!! —Grita y tapa su boca con una de sus manos, dejando a Sakura confundida.

—¿Ocurre algo? —Pregunta preocupada, dando dos pasos más para enfrente.

—¡¡Maldita sea!! ¡¡No te acerques!! —Exclama con más fuerza a tal punto de asustarla. —Ni se te ocurra dar un paso mas.

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Me quede paralizada al escucharlo hablarme de esa forma, era la primera vez que lo miraba comportarse de esa manera conmigo, en una forma que me lastimo profundamente.

Tenía ganas de llorar, de soltar todo ese llanto que estaba conteniendo, pero no lo hice, no quería darme por vencida y me agarre de la poca voluntad que tenía para impedir que mis lagrimas arruinaran las cosas.

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—Lo siento Naruto... yo solo quería decir... decir que me gustas...

—¡¡Cállate!! ¡¡Aléjate!! ¡¡¿No entiendes que no puedo tenerte cerca?!! ¡¡¿No te das cuenta?!! —La interrumpe, para después salir corriendo de ahí, con ambas manos cubriendo su boca y en total en silencio.

Fin del Flashback

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Al día siguiente el se cambio de secundaria, siempre pensé que no le agradaba y por eso decidió alejarse. Saberlo lejos me dolió y rompió ese primer amor que idolatraba.

Y a pesar de eso me doy cuenta que mis sentimientos siguen intactos a pesar de todo.

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—Tú me agradas, siempre me agradaste, lo único que quería era estar junto a ti cuando te conocí, pero por fuerzas mayores tuve que alejarme, en verdad lo siento. —Dice evitando su mirada.

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Él siempre fue tan noble y amable cuando éramos niños, era imposible que me estuviera mintiendo.

Estaba confundida, con mil preguntas en la cabeza, pero creí ciegamente en sus palabras que me llenaron de felicidad.

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🦇Naruto🦇

—No sé cómo pude resistirme aquel día que me deleite con el embriagador aroma de tu sangre, estuve a punto de someterte cuando estaba por escuchar tu declaración, pero no quise lastimarte, esa fue la razón y la verdad que me alejara de ti, pero ahora que se quién eres tengo que permanecer a tu lado para protegerte y esta vez será diferente, porque no pienso dejarte ir. —Piensa al clavar sus pupilas en los ojos de la chica.

Flashback

—¡¡¿Por qué ella?!!, ¡¡no me había pasado esto con nadie!!; ¡¡maldición!!, ¡¡maldita sea!! ¡¡Porque me está pasando esto!! ¿Por qué Sakura? ¿Por qué ella saco este maldito lado que detesto de mí? —Piensa mientras se encontraba escondido masturbándose en el baño.

Un quejido algo audible se escucho, la exhalación estrepitosa en su nariz, su espalda recargada en la pared y su frente bañada en perlas de sudor. Su mano se movía rápidamente de arriba para abajo, estaba sonrojado y cada segundo le costaba respirar. Mordió sus labios para tratar de hacer el menor ruido posible al igual que luchaba con ese sexo que se endurecía en sus manos.

No paro de deslizarlo aun cuando este juraría que comenzaría a doler por tanta presión al masturbarse. Finalmente estaba calmando esa tensión sexual que había omitido por años.

Apretaba sus parpados y el aroma del elixir rojo aun lo podía percibir en sus fosas nasales.

Oh dios, murmuraba entre jadeos, por culpa de esa esencia.

Su hombría aumentaba en las manos, los instintos que lo amedrentaban estaban a flor de piel, apretaba con rigor sus labios, en una mordida feroz para no gruñir. Se sentía como un adicto con abstinencia, sufriendo los estragos.

Pronto los pensamientos en su cabeza quedaron en blanco y solo un poco de consciencia le permitió no salir para atacarla, con todo el instinto animal que estaba rogando salir de su cuerpo.

Y así fue como lo entendió.

"El aroma de su sangre es adictiva"

—Solo por oler su sangre me entro este deseo de tenerla, de estar dentro de ella y penetrarla, me estoy volviendo loco. —Piensa el rubio mientras se corre al frotar con fuerza su miembro erecto, para finalizar soltando un gran chorro de semen de la eyaculación, vuelto en si se siente arrepentido por tener esos pensamientos y trata de abrocharse de nuevo el pantalón.

—¡¡Estos malditos colmillos no me dejaran estar con ella!!, ¡¡quiero decirle que también me gusta!! Pero... ahora que conozco el olor de su sangre, no puedo sacarme de la cabeza este deseo de tenerla, ¡¡maldición!!, ahora no me queda más remedio que huir para no hacerle daño. —Piensa enfurecido y termina golpeando de una patada una de las puertas del baño, hasta derribarla al suelo.

Fin del flashback.

🦇Sakura🦇

—No quiero meterme en tu vida, pero quiero que me digas si estabas pensado en suicidarte. —Dice con seriedad.

—Me he quedado sola, mi madre falleció hace algunos años y fui una mala hija e incluso en el último momento, estoy arrepentida, tengo mucha culpa, ya no me queda nada, así que pensé que lo mejor sería dejar de existir.

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En ese momento y sin esperarlo me toma entre sus brazos, dejándome paralizada y sin aliento. El movimiento me cerro la garganta y me dejo cuestionando lo que pasaba.

¿Es real, en verdad estaba sucediendo o solo se trata de un engaño de mi mente?

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—No vuelvas a decir eso, tu madre no le hubiera gustado que te expresaras de esa forma, tú no estas sola, aún hay personas que te necesitan, que se preocupan y que piensan en ti, incluyéndome.

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Las palabras de Naruto me sorprendieron y con mucha tristeza me aferre a sus brazos, deseando que ese momento jamás terminara.

En su cálido torso pude encontrar la paz que necesitaba, el impuso que me faltaba para apegarme a las cosas importantes que dejaría atrás si no abría los ojos.

Me hizo entrar en razón, me ayudo a comprender que aún había personas en este mundo que me importaban y que tontamente no estaba viendo.

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—Gracias. —Dice y no puede evitar soltar una lagrima.

🦇Naruto🦇

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Ahora entiendo todo, comprendo porque mis padres me mandaron a la misma secundaria que tú y también tengo la certeza del porque me atrae tanto tu sangre.

Tú eres la única que desconoce la verdad y así pretendo que continué, no me importa ser egoísta, pero no te compartiré con nadie.

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Como ya lo abran notado hice un cambio en la rosa sangrienta, creo que esta versión que dibuje está más acorde a la historia de vampiros ¿Qué opinan ustedes?, ¿les agrada?

Gracias por leer hasta el final mis lindas chicas literarias.

¿Qué les pareció el primer capítulo?

¿Las atrapo?

¿Quieren más?

Resuelvan mis dudas con un bello comentario, recuerden que las leo y valoro mucho su opinión.